La actual coyuntura es una oportunidad de oro para adoptar mejores practicas en el manejo del dinero:
► 1. la planificación financiera familiar de largo plazo,
► 2. el consumo inteligente y 3. el habito del ahorro.
Urge revisar la forma en que los ingresos familiares serán utilizados en el restante 2020 y todo el 2021, aprovechando los alivios y menores gastos, para compensar la reducción de ingresos Y/O constituir ahorros para:
►1. el pago futuro de los compromisos aplazados
►2. seguir afrontando la contingencia
►3. constituir un ahorro de largo plazo para imprevistos.
En tiempos convulsionados como los actuales resulta de vital importancia el manejo inteligente del dinero. No son pocos los hogares que con la ilusión de tener un estándar de vida acorde con los patrones que promueve la sociedad de consumo a través de toda la parafernalia publicitaria que nos inunda por redes sociales, televisión e internet, han elevado sus niveles de endeudamiento por encima de sus posibilidades económicas reales.
Las consecuencias han sido en muchos casos contrarias a las expectativas y la calidad de vida ha desmejorado reflejada en estrés y más horas de trabajo para poder pagar las deudas. Dicho de otro modo: “ganamos dinero que no tenemos, comprando cosas que no necesitamos, para poder impresionar a gente a la que ni siquiera le importamos”. O lo que es peor, nos endeudamos para comprar cosas que no nos queda tiempo de disfrutar porque tenemos que trabajar cada vez más horas para pagar las deudas en que nos metimos para conseguirlas.
Como romper esta trampa?
Lo primero es saber que la búsqueda de una vida plena y feliz es el verdadero sentido de nuestra existencia y no necesariamente ello se consigue a través de la acumulación material o el gasto elevado de dinero. Por supuesto que algunas personas logran tener económicamente una posición privilegiada gracias a su ingenio, trabajo, talento o buena suerte. Cualquiera que sea la razón, esas afortunadas personas disponen de medios económicos para gastar más dinero que el común de personas y adquirir más y mejores bienes y servicios, lo cual, sin embargo, no es garantía de felicidad como tampoco es impedimento el carecer de ellos.
Posiblemente el secreto de la felicidad tenga que ver más con agradecer y disfrutar de manera más consciente lo que ya se tiene y lamentarse menos de lo que aparentemente carece: la vida, la salud, la familia, los amigos, disfrutar el medio que te rodea a través de los sentidos, poder ver, oler, saborear, sentir, caminar. Al final el inventario de bendiciones con las que contamos no son pocas y no nos han costado dinero, así que a disfrutar más la vida. No tanto es hacerla más larga sino más ancha.
Ahora bien, llegamos a este mundo sin dinero y nos iremos sin él, pero no necesariamente hemos de vivir con los bolsillos vacíos en todo momento. Dándole su justa importancia en nuestras vidas, no es que el dinero garantice nuestra felicidad y paz emocional, pero su mal manejo si que produce dolores de cabeza y distrae nuestra mente agotando nuestra energía en tratar de resolver diariamente una gran cantidad de problemas económicos como el pagar los gastos básicos de la vivienda, la manutención, los servicios públicos, el transporte, la educación etc.
Para ello una serie de tip’s podrían ser de utilidad:
Reconozca su realidad económica. Para ello es necesario, si se tiene una familia, involucrar a los demás miembros. A través de un sencillo ejercicio de presupuesto familiar o personal, se debe hacer un inventario detallado de nuestros ingresos y de nuestros gastos. La meta es gastar menos de los ingresos que se generan y la diferencia debe ser equivalente al valor de las deudas y compromisos de ahorro que se tienen, porque de lo contrario crearemos un constante déficit financiero que se abulta en nuevas obligaciones que inician con tarjetas de crédito y terminan con préstamos con agiotistas. Aquí es importante tratar de ahorrar en todo aquello que resulte innecesario o suntuoso y que nos resta capacidad para otras cosas básicas o imprescindibles o que podrían darnos mayor satisfacción.
Procure comprar más experiencias que lujos. Más que un auto más lujoso o una casa más grande o un celular más novedoso, tal vez lo que necesita es más tiempo para compartir con la gente que le importa, así sea solamente en un pequeño picnic cerca de su casa una tarde de domingo en un prado público. También poder pasar más tiempo con usted mismo es importante. Al tener menos deudas y compromisos, tendría menos necesidad de dinero y de trabajar tanto y podría dedicarse tiempo para cuidarse, hacer ejercicio o disfrutar sus pasatiempos favoritos como leer, ver series o películas, caminar, contemplar la naturaleza, las aves y en fin, las posibilidades son infinitas.
Busque reducir a toda cosa el uso de productos financieros costosos que tienen tasas de interés altas o cobros adicionales como muchas tarjetas de crédito con cuotas de manejo y comisiones. Antes de tomar una nueva deuda, repita el ejercicio de planeación financiera y asegúrese de que puede hacerse cargo de esa nueva obligación sin sacrificar otros aspectos de su presupuesto personal o familiar que son más importantes. Un crédito para la fiesta de 15 años de su hija podría no ser un gasto indispensable y en cambio podría reemplazarlo por un ahorro para el primer año de estudios universitarios y sería un mejor regalo.
Si tiene familia y puede, compre un seguro de vida. Todos tenemos segura la muerte. Lo mejor es que no sabemos cuando. Podría ser antes de que todos sus proyectos se materialicen y es mejor que en caso de faltar su ingreso, sus familiares puedan recibir un dinero que les ayude por ejemplo para culminar sus estudios.
Adquiera al menos una Vivienda. Los programas de fomento a la Vivienda hoy ponen al alcance de prácticamente cualquier Colombiano el sueño de tener casa propia, siempre que logre por supuesto, demostrar ingresos iguales o superiores al salario mínimo. Si inicia temprano el pago de su crédito hipotecario, preferiblemente cuando todavía es soltero, seguramente para los 40 años, ya será propietario de su vivienda y podrá iniciar la compra de una segunda vivienda que le genere ingresos adicionales a los de su pensión.
Cotice para su pensión. Tiene el 90% de probabilidades de que ésta sea inferior a 2 SMLMV, pero para cuando tenga la edad, si ha hecho las cosas bien, seguramente ya será dueño de su casa y no paga arrendamiento, recibirá un segundo ingreso de la segunda vivienda que compró, preferiblemente no debería estar pagando obligaciones financieras de ningún tipo y sus hijos probablemente ya serán adultos independientes y responsables gracias al buen ejemplo que les dió, a la formación del hogar y las oportunidades de educación que les brindó.
Ahorre para lo imprevisible y para lo previsible. Tenga dos fondos separados. Uno para pagar esos gastos que se sabe cuando llegarán: Las Vacaciones, Compras de Navidad, El pago de los impuestos y seguros, las matriculas escolares. Y otro fondo independiente de cuota más pequeña pero constante durante toda su vida para hacer frente a situaciones inesperadas como la pérdida de un empleo, una calamidad doméstica, accidente, enfermedad o pandemia.
Cuide su salud física. Haga ejercicio, camine, controle su peso, tensión arterial, coma saludable, duerma al menos 6 a 8 horas diarias, maneje la ansiedad y el estrés. En general cuide su cuerpo pues a través de él usted experimenta el mundo.
Cuide su salud mental y espiritual. Lea. Estudie. Visite, llame, hable y comparta con su familia. Mantenga un cercano grupo de amigos con los que mantenga contacto y se reúna para hablar, celebrar, disfrutar. Dedíquese tiempo a solas para meditar o simplemente para no hacer nada y dejar que todo transcurra muy lentamente y sin afanes al menos durante unos minutos diariamente. Practique sus creencias religiosas, políticas y cultive su intelecto y sus ideas sobre la vida, la existencia y la felicidad, sin lastimar la conciencia y creencias de las otras personas, en especial, de las que ama y le importan.
Si le nace y le gusta, desarrolle algún tipo de emprendimiento que pueda generarle ingresos adicionales haciendo algo que le guste a usted o a los miembros de su Familia. Aléjese de cualquier oferta de negocio o inversión que ofrezca dinero fácil, rápido y seguro porque seguramente una de esas tres cosas no es cierta.
Por último, recuerde que la vida no se acaba con la pensión y que se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. Por ende, tenga un plan para ocupar su tiempo y continuar disfrutando la vida cuando alcance la pensión.
La Pandemia del COVID 19, las medidas de confinamiento y distanciamiento social y sus efectos en el sector solidario vigilado por la Supersolidaria
La forma en que la parálisis de los sectores productivos durante casi tres meses y el lento retorno a la actividad productiva de la mayoría de ellos pueda afectar al sector solidario varía mucho dependiendo del sector económico al cual pertenezcan sus asociados:
Los Fondos de Empleados en principio se verán afectados tanto como se afecten las nóminas de las empresas patronales (las que generan el vínculo común de asociación). Observando los 185 fondos de empleados con más de $10 mil millones de activos (13,55% del total de Fondos) quienes concentran el 36% de los empleos generados por el subsector, agrupan el 57% de sus asociados y concentran el 79% de sus activos; se observa que la mayoría está vinculado con empresas que tienen gran capacidad económica o no se verán tan afectados con la contingencia o se recuperarán fácilmente como son:
El Fondo de Empleados de Ecopetrol, CAVIPETROL que tiene $1,5 billones de activos.
El Fondo de Empleados de los Médicos PROMEDICO con casi medio billón de pesos de activos, que precisamente se esperaría en medio de la Pandemia tendrían más trabajo, la verdad es que un sector importante con ellos no relacionados con la atención de pacientes con problemas respiratorios (cirujanos estéticos, traumatólogos, cardiólogos etc.) verán reducido de manera importante el volumen de atención de consulta externa y otros procedimientos quirúrgicos.
El tercer fondo más grande es Presente de Almacenes Éxito que por estar vinculado a la distribución de alimentos y bienes de primera necesidad no debería afectarse gravemente por la pérdida de asociados debido a la pérdida de su empleo o la disminución de sus ingresos.
Si seguimos en el listado, los Fondos de Empleados más grandes de Colombia están vinculados con el sector Financiero, el sector de servicios públicos, laboratorios farmacéuticos, el magisterio, sector de la construcción y cementero, infraestructura, Grandes Superficies, industria alimenticia y servicios de vigilancia.
En general es de esperarse que la mayoría del subsector de Fondos de Empleados salga en buenas condiciones de la Pandemia, pero no indemne debido a:
Los Fondos de Empleados de empresas que suministran trabajadores temporales o en misión verán drásticamente reducido su nivel de asociados cuyos contratos serán suspendidos o cancelados.
Los Fondos de Empleados de las empresas de transporte masivo a nivel nacional y de distribución de combustibles saldrán igualmente gravemente afectados.
Los Fondos de Empleados del sector Hotelero, Turístico, Restaurantes, Discotecas, Bares, sector comercial y similares presentan el panorama más oscuro pues el sector económico al cual pertenecen sus asociados tienen una mayor incertidumbre a mediano plazo y posiblemente tengan los recortes más severos de personal y por ende la pérdida de asociados será tan grave que probablemente haga inviable la operación del Fondo de Empleados a mediano plazo.
El retiro de una gran cantidad de asociados no solo por la afectación directa en la pérdida de su empleo o la disminución de sus ingresos sino también por las afectaciones indirectas de su grupo familiar (ejemplo: las remesas que reciben miles de familias en Colombia de familiares en el exterior que también han perdido sus empleos), supone una reducción importante en los aportes y ahorros y por ende en la cartera, lo que a su vez reduce los ingresos e incrementa los riesgos de liquidez y crédito.
Lo más grave es que la terminación definitiva de contratos laborales en muchas empresas que tienen fondos de empleados o cooperativas cerradas, podría dificultar la recuperación de la mayoría de la cartera de crédito a un punto que la continuidad de la entidad resulte inviable por asfixia del flujo de caja y pérdidas significativas por deterioro de cartera.
En estos casos la devolución de los aportes y ahorros permanentes a los ex asociados podría no darse oportunamente generando la necesidad de liquidar voluntaria o forzosamente por inviabilidad financiera ya que además del retiro forzoso masivo se podría dar el retiro voluntario masivo derivado del “pánico” de los asociados cuando la liquidez se agote o las pérdidas por provisiones de cartera comprometan el valor de sus aportes y deban efectuarse retenciones importantes a los ex – asociados.
Salvo las Cooperativas de Ahorro y crédito que cuentan con el seguro de depósitos del FOGACOOP, el sector solidario no cuenta con ningún apoyo del Gobierno Nacional en materia de liquidez o protección de los ahorros, motivo por el cual, la seguridad de los aportes y ahorros dependerá de la adecuada gestión de riesgos por parte de los administradores. Los fondos de empleados y asociaciones mutuales administran ahorros por casi $6 billones de pesos y los aportes sociales de todo el sector solidario suman casi $10 billones.
Por otra parte, los verdaderos efectos de la pandemia se verán en los resultados del año 2021 porque con los programas de periodos de gracia y refinanciaciones un asociado que pierda el empleo primero recibiría un periodo de aplazamiento de tres meses (abril, mayo y junio) para luego recibir una refinanciación con un periodo de gracia de dos meses (julio y agosto) así que si para septiembre no ha logrado conseguir empleo o recuperar sus ingresos, seguramente llegará a una mora de entre 60 a 90 días para final de año llegando a categoría “C”, cuya provisión apenas es del 10%, pero en los meses siguientes llegará a “D” y “E” provisionándose el 100% de la cartera y quedando el 90% del gasto para el año 2021.
En general el riesgo de crédito en todo el sistema de economía solidario trasladará la mayoría del efecto del deterioro de la cartera al año 2021 así que al igual que la Pandemia según el director de la OMS: “lo peor está por venir”, en materia de deterioro de la cartera también lo peor está por venir y ser verá apenas en el 2021 cuando además se pretende por parte de la Supersolidaria establecer un nuevo y más “duro” modelo de constitución de provisiones (deterioro) denominado pérdida esperada, cuyos efectos sin duda será que las provisiones se dupliquen, que en un escenario de bajo riesgo, puede ser aceptable siempre que se den al menos tres años para registrar la diferencia gradualmente, pero en un escenario de mayor riesgo como el que se avecina, puede tener graves efectos.
Adicionalmente, la reducción de la tasa de interés del banco de la república del 4,25% al 2,75% y no sería raro que se reduzca un poco más en lo que resta del año, tendrá un efecto inicialmente en el costo de los depósitos y luego se trasladará al costo del crédito especialmente en Vivienda y Libranza.
Es decir que para el año 2021 se combina un escenario de elevadísima liquidez por los créditos que la banca dejó de hacer en el 2020 (los desembolsos semanales se han caído a la quinta parte de lo que se observaba en el 2019) y los cupos de crédito otorgados por el Banco de la República de $23,5 billones.
Esto llevará a una “feroz” competencia del sector solidario con los bancos que van a intentar comprar su cartera de libranza, especialmente la de los mejores clientes, con tasas para compra de cartera que estarán por debajo incluso del 0,80% mes vencido, en consumo por debajo incluso del 0,90% mes vencido y en vivienda por debajo del 0,70% mes vencido además de los subsidios que el Gobierno destinará a la compra de Vivienda de hasta $400 millones, subsidios a los que el sector solidario no tiene acceso hasta hoy, como tampoco tiene acceso a liquidez del Banco de la República. Será una lucha dura y desigual.
El efecto de los periodos de gracia y las refinanciaciones además de la disminución de la cartera por menor colocación de crédito y el cruce de aportes y ahorros de todos los asociados retirados junto con el incumplimiento de una gran cantidad de créditos tendrá efectos materiales en la liquidez y rentabilidad del todo el sector de economía solidaria, no solo en el 2020 sino principalmente en el 2021. Esto afectará por ende los programas sociales, auxilios y beneficios para los próximos años, antes de que se logre regresar a los niveles de excedentes previos a la crisis.
En las Cooperativas de Ahorro y Crédito abiertas y las que no captan ahorros, pero se dedican al crédito y son de vinculo abierto la problemática será aún mayor cuando un porcentaje de asociados importante son independientes, informales, cuenta propia o pertenecen de algún modo a los sectores: comercio, transporte, bares y restaurantes, hoteles y turismo, por mencionar solo algunos y además al parecer el sector agropecuario no necesariamente pasa por un buen momento en medio de la pandemia.
A pesar de que el sistema financiero tiene la ventaja de contar con apoyos directos del Gobierno, sus resultados se verán también afectados por la pérdida de rentabilidad de sus inversiones, el deterioro de su cartera y la caída de sus ingresos de cartera por alivios y menor actividad de colocación. Es por ello que se espera que también recorten parcialmente, aunque en menor proporción, parte de su nómina. De todos modos, no se espera una crisis financiera pues en Colombia bien está construida la premisa económica de que cuando al país le va “mal” al sector financiero le va “regular” y cuando al país le va “bien” al sector financiero le va “fenomenal”.
En el caso de las Cooperativas de sectores como el transportador se verán sin duda afectadas por la disminución en los pasajeros y en la carga por la menor actividad económica, pero podrán recuperarse rápidamente por el efecto rebote que dará la economía una vez se reabra la actividad económica de la industria y la construcción, aunque el transporte intermunicipal y aéreo tendrá mayores afectaciones.
En el caso de las asociaciones mutuales dedicadas a previsión y salud, se podrían ver afectadas además del ahorro y el crédito por las mismas razones descritas previamente, por los potenciales efectos negativos que en la vida y salud de los asociados pueda tener la pandemia y cuyas dimensiones todavía está por conocer el país, especialmente en el segundo semestre del año 2020 y cuyo riesgo solo cesará cuando llegue la vacuna.
En conclusión, la enorme pérdida de empleos generada por la parálisis económica del país y que continuará por varios meses en especial de algunos sectores, va a implicar la pérdida de casi 2 millones de empleos dado que ANIF espera que el desempleo afecte a casi 4 millones de colombianos cuando antes de la crisis apenas superaba los 2 millones.
Muchos de esos nuevos desempleados, son parte de los 6 millones de asociados del sector solidario y por ende, las consecuencias en la liquidez, la calidad de la cartera, los resultados y la sostenibilidad de los programas sociales a medio plazo serán importantes, pero se verán en toda su dimensión especialmente en el año 2021 porque los planes de alivio y refinanciación diferirán el efecto de la materialización del riesgo de crédito.
Con la llegada de un nuevo Superintendente se iniciaron una serie de cambios regulatorios y al interior de la Supersolidaria tendientes a lograr una mayor efectividad de la Supervisión en el cumplimiento de la normatividad vigente y la adecuada gestión de los riesgos.
Ello en sí mismo es positivo porque conduce a mayor disciplina, transparencia, seguridad y eficiencia en la administración de las entidades solidarias y a largo plazo contribuye al fortalecimiento de la percepción de seguridad de éstas entidades ante los colombianos lo que debería permitir su crecimiento tanto en asociados, como en tamaño de recursos administrados y por supuesto resultados económicos y sociales.
Dando por descontada la buena fé y el ánimo de acertar por parte de la Superintendencia, existen por supuesto validas preocupaciones por la proporcionalidad de las multas que recientemente han sido impuestas a muchas entidades a nivel nacional, donde se observan casos que llegan a ser de casi el 1% del total del Activo, lo que a mi juicio puede resultar desproporcionadamente innecesario frente al ánimo educativo que debe acompañar una multa por el incumplimiento de una norma.
Estas multas más bien pueden terminar haciéndole un favor al sistema financiero al desestimular la aparición de nuevas empresas de economía solidaria por el enorme riesgo legal que entraña la administración de éstas entidades por parte de personas que en ocasiones no son necesariamente expertas en finanzas, legislación y administración de empresas.
Es decir, cuando se es gerente, directivo, revisor fiscal o contador de una Empresa Solidaria de una entidad como la que tuve la oportunidad de conocer, con activos por $5.500 millones y le llega una multa por $45 millones de pesos por enviar tarde los estados financieros, francamente es posible que los directivos y empleados se cuestionen si fue buena idea constituir un Fondo de Empleados cuando existía la posibilidad de un convenio por libranza con un Banco y así no arriesgarse, no solo a éstas multas institucionales, sino también a multas “personales” que pueden ser igualmente onerosas y que deberán pagar de su propio “bolsillo” por errores no dolosos, cometidos en el cumplimiento de una labor que, en el caso de los integrantes de los órganos de administración y control social, incluidos los comités, en la mayoría de los casos es ad-honorem. Esto por supuesto, entraña el riesgo de que, a futuro, con el antecedente de una multa, los demás asociados no quieran postularse para los cargos de elección democrática en la entidad solidaria.
Es decir, pese a que la Supersolidaria obra en pleno derecho y respetando el derecho a la defensa y el debido proceso en todo momento, no es menos cierto que es necesario revisar de manera más atenta la proporcionalidad de la multa frente a la gravedad de la falta, sobre todo cuando no se trata de casos dolosos sino al incumplimiento de normatividad.
En general, en los requerimientos que he tenido la oportunidad de conocer y que han dado origen a la apertura de procesos disciplinarios que pueden conducir finalmente a la imposición de multas están las siguientes para que les preste especial atención:
Se incumple el porcentaje de constitución del Fondo de Liquidez.
No se envían, se envían incompletos, alterados o tarde los reportes a la Supersolidaria a través del SICSES.
No se envían los controles de legalidad después de la Asamblea señalados en el Titulo III, capítulo II de la Circular Básica Jurídica o no se envían los estados financieros impresos de que trata el capítulo X numeral 3 de la Circular Básica Contable. Frecuentemente las entidades solidarias confunden unos con otros pensando que son lo mismo. Ambos son trámites diferentes que deben efectuarse después de la Asamblea.
No se implementa adecuadamente el Sistema de Administración de Riesgo de Lavado de Activos y Financiación del terrorismo – SARLAFT.
Como puede observarse, éstas 4 causas frecuentes de sanciones son temas de cumplimiento legal. No estamos hablando de préstamos a directivos o familiares sin el lleno de requisitos legales, estatutarios o reglamentarios, ni fraudes o abuso de confianza, robos o situaciones dolosas similares y aun así, las multas son francamente elevadas.
Lo anterior refuerza la necesidad de prestar especial atención al cumplimiento de la normatividad vigente que pareciera, las instituciones en algunos casos se han venido relajando en su cumplimiento como es el caso de la evaluación anual de la cartera de crédito (ver cartas circulares 03 y 06 de 2019) donde equivocadamente se cree que solo aplica para las Cooperativas de Ahorro y Crédito cuando la verdad es que es obligatoria anualmente para toda entidad que tenga Cartera de Créditos (cuenta 14) independientemente de su naturaleza, actividad económica o tamaño y las que eventualmente lo hacen, no aplican los criterios establecidos en el numeral 2.4 de la Circular Básica Contable.
Esta normatividad se espera sea modificada durante el año 2020 estableciendo nuevos parámetros de gestión del riesgo de crédito SARC incluyendo la matriz de evaluación del riesgo, un nuevo proceso denominado originación y una nueva provisión individual del 0,5% sobre la cartera “A” que deberán incluirse en los presupuestos de 2021 – 2022.
Algo similar ocurre con la evaluación y reunión mensual del Comité de Riesgo de Liquidez que siendo obligatorio desde el año 2004 para todas las entidades que captan ahorros, en la mayoría de entidades funciona deficientemente o no funciona conforme a la normatividad, que de paso sea dicho, acaba de ser modificada mediante circular externa 06 y 07 de octubre de 2019 y cuyos plazos de implementación empiezan a vencerse en junio de 2020.
En general, ya se están publicando para comentarios del público, Titulo por Título, el proyecto de nueva Circular Básica Jurídica y posteriormente se continuará con la reforma a la Circular Básica Contable, así que el tema regulatorio estará muy activo durante los años 2020-2021 y especialmente en lo relativo a la implementación del Sistema Integral de Administración de Riesgos.
En conclusión, se recomienda tomarse en serio el cumplimiento de éstas normas y el envío oportuno de reportes impresos o a través el SICSES, antes de que por la vía de sanciones las entidades se convenzan del modo menos agradable que el cumplimiento de éstas normas es perentorio. Invitamos a todos los directivos, contadores y Revisores Fiscales a capacitarse y actualizarse y a todas las entidades de economía solidaria a integrarse a sus órganos de representación, asistir a las capacitaciones y debatir éstas regulaciones poniendo en conocimiento de organismos de representación Gremial como Confecoop, Analfe y Ascoop (entre otras), las multas que están siendo impuestas por la Supersolidaria para revisar con ésta, si es posible velar por el estricto cumplimiento de la norma imponiendo, si es del caso multas que proporcionalmente al tamaño de los activos y la gravedad de la falta resulten más justas, pues en lo personal, siendo importante, considero más grave el dolo o el favorecimiento propio en las operaciones de la entidad que el envío tardío de información financiera