Los nuevos tiempos exigen nuevas habilidades. En el sector solidario, el panorama no es sencillo: inflación incierta, tasas de interés volátiles, competencia feroz por el crédito, reformas normativas y la inminente adopción del modelo de provisiones por pérdida esperada. Si el 2024 no fue un año fácil, los próximos dos años marcarán la diferencia entre quienes se anticipan al cambio y quienes quedan rezagados.
Las entidades solidarias enfrentan una nueva realidad en 2025. Luego de la renovación de sus órganos de administración y control, es momento de preguntarse: ¿están preparados sus líderes para gestionar los retos que vienen?
El entorno económico y normativo está en constante transformación. La incertidumbre en tasas de interés, inflación y competencia en crédito obliga a los directivos a tomar decisiones estratégicas con mayor información y preparación. Además, el nuevo modelo de provisiones por pérdida esperada marca un cambio clave en la gestión financiera, impactando directamente la estabilidad de las organizaciones.
🚨 El dato que preocupa
Más del 10% de las entidades vigiladas por la Supersolidaria reportaron pérdidas en sus estados financieros en 2024, y muchas otras apenas alcanzaron excedentes mínimos. ¿Cómo garantizar la sostenibilidad de los programas sociales en este contexto? ¿Cómo competir cuando los costos operativos aumentan y la regulación se hace más exigente?
A esto se suman:
Costos en aumento, como los registros en Cámara de Comercio y la vigilancia de la Supersolidaria.
Mayor regulación y supervisión, con cambios normativos que requieren adaptación inmediata.
Riesgos de gobernanza, reflejados en las recientes intervenciones: 1 de cada 3 entidades intervenidas presentó problemas de corrupción y 2 de cada 3 deficiencias en gestión de riesgos.
No se trata solo de conocer las normas, sino de comprender cómo aplicar buenas prácticas en un entorno donde la transparencia y la gestión de riesgos son más relevantes que nunca.
🎯 Liderazgo con propósito, pero con conocimiento
El sector solidario es liderado por personas con una gran vocación de servicio, pero las buenas intenciones no bastan. Es indispensable contar con conocimientos claros sobre el rol, las funciones, responsabilidades y prohibiciones de cada cargo.
El reto no es menor: se debe liderar en un escenario de mayor competencia, con exigencias normativas complejas y con la necesidad de fortalecer la confianza de los asociados. No basta con reaccionar a los cambios, hay que anticiparse a ellos.
Dirigir una organización Solidaria requiere preparación estratégica. Las recientes intervenciones de la Supersolidaria han revelado que 1 de cada 3 entidades intervenidas presentaba problemas de corrupción, y 2 de cada 3 tenían deficiencias en la gestión de riesgos.
¿Podemos permitirnos ignorar estos datos?
🏆 La solución: una formación que transforma
El liderazgo efectivo en el sector solidario no depende solo de la experiencia, sino del conocimiento actualizado. No se trata de volverse expertos en derecho o economía, sino de comprender los cambios normativos, los riesgos y las oportunidades que definirán el futuro.
Por eso, aquellos que buscan dirigir con éxito en este entorno ya están tomando acción.
En un contexto económico marcado por la incertidumbre, la inflación y el desempleo, las organizaciones del sector solidario enfrentan desafíos sin precedentes. La capacidad para gestionar eficazmente el crédito y la cartera no solo determina la estabilidad financiera de una entidad, sino también su capacidad para seguir cumpliendo su misión social. En este escenario, optimizar la gestión de cartera se convierte en una prioridad estratégica.
La gestión de cartera como eje central de la sostenibilidad
La cartera de crédito es uno de los activos más importantes para cualquier entidad solidaria. Sin embargo, cuando no se maneja adecuadamente, puede convertirse en una fuente significativa de riesgo. El aumento de la morosidad, los procesos judiciales prolongados y la falta de herramientas adecuadas para la recuperación de deuda pueden poner en jaque la sostenibilidad de la organización.
Una gestión de cartera efectiva implica más que simplemente cobrar deudas; requiere una comprensión profunda de los aspectos legales y un enfoque proactivo para prevenir que las obligaciones de crédito caigan en mora. Esto incluye desde la evaluación inicial del riesgo crediticio hasta la implementación de estrategias de cobranza que sean efectivas y, a la vez, respetuosas con los valores solidarios.
Desafíos actuales en la gestión de cartera
La actual coyuntura económica ha hecho que muchos deudores enfrenten dificultades para cumplir con sus obligaciones. Esto ha incrementado la presión sobre las entidades para encontrar formas efectivas de recuperar la cartera vencida sin recurrir inmediatamente a costosos y largos procesos judiciales.
Entre los principales desafíos que enfrentan las organizaciones se encuentran:
Altos índices de morosidad: A medida que la economía se desacelera, es común ver un aumento en la cantidad de deudores que no pueden cumplir con sus pagos, lo que afecta directamente la liquidez de la organización.
Procesos de cobranza ineficientes: Muchas entidades carecen de herramientas tecnológicas y procedimientos estandarizados para la gestión de cobranza, lo que lleva a una recuperación lenta y costosa.
Falta de capacitación en aspectos legales: Es fundamental que el personal que gestiona la cartera tenga una comprensión sólida de los requisitos legales que una obligación de crédito debe cumplir para ser susceptible de proceso ejecutivo. Sin este conocimiento, las decisiones pueden estar mal informadas y, en última instancia, perjudicar a la organización.
Soluciones para mejorar la gestión de cartera
Para enfrentar estos desafíos, las organizaciones deben adoptar un enfoque integral que incluya:
Capacitación continua: Asegurar que el equipo esté bien informado sobre los aspectos legales y las mejores prácticas en la gestión de cartera es clave. Esto incluye comprender los requisitos para iniciar un proceso ejecutivo y cómo evitar llegar a esa instancia a través de la cobranza prejurídica y extrajudicial.
Uso de tecnología: Implementar plataformas especializadas que faciliten la recuperación de cartera vencida puede hacer una gran diferencia. Estas herramientas permiten automatizar procesos, hacer un seguimiento más eficaz y mejorar la eficiencia en la gestión de la deuda.
Estrategias proactivas de cobranza: Adoptar un enfoque preventivo que incluya la reestructuración de deuda, negociaciones flexibles y programas de educación financiera para los asociados puede reducir significativamente el riesgo de morosidad.
¿Cómo estar mejor preparado?
Si bien estos desafíos son significativos, también representan una oportunidad para que las organizaciones fortalezcan sus capacidades internas y se preparen mejor para el futuro. Invertir en la capacitación del personal y en la adopción de tecnologías adecuadas puede no solo mejorar la recuperación de cartera, sino también reforzar la confianza de los asociados y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Para ayudar a las entidades del sector solidario a enfrentar estos desafíos, hemos diseñado un seminario-taller especializado en la cobranza y recuperación ejecutiva de cartera. Este evento está orientado a proporcionar las herramientas y conocimientos necesarios para gestionar eficazmente la cartera, reducir riesgos y optimizar los recursos.
Te invitamos a inscribirte y ser parte de este espacio de aprendizaje, donde exploraremos juntos las mejores prácticas y soluciones innovadoras para enfrentar los retos actuales en la gestión de cartera. ¡No dejes pasar esta oportunidad para fortalecer tu organización!